lunes, 9 de diciembre de 2013

Como un turista más...





Allá por donde vayas surge el encuentro con lo inesperado. A veces, incluso, gustamos de sentirnos turistas en nuestra propia casa quizá porque con ello abrimos un poco más los ojos. Eran poco más de las cuatro de la tarde y en esta ciudad donde la siesta no existe desde octubre en adelante, el ritmo se comía Plaza Nueva de manera trepidante e insólita. Como uno más de tantos me dejé llevar en esa nube de sonidos sordos. Más adelante vendría el músico callejero del violín... pero esa es otra historia, mucho más íntima y sosegada. 

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