martes, 11 de febrero de 2014

Algo más que inspiración (Semana del Diseño)

Inauguración Semana I

Inauguración Semana II

Inauguración Semana III

Inauguración Semana IV

Inauguración Semana V

Inauguración Semana VI

Inauguración Semana VII

Escuela de Arte Granada
La excusa, la buena excusa es la Semana del Diseño que, organizada por la Escuela de Arte de Granada, se está celebrando en este frío febrero capitalino. Se trata de algo más que un sonado escaparate de lo que será el futuro brillante que ha de venir a consecuencia de la implantación -el pasado curso- de los Estudios Superiores de Diseño en Andalucía, de los que Granada parece ir vislumbrándose ya como una avanzadilla muy adelantada. Talleres, conferencias, visitas a empresas, exposiciones... Y como casi todo buen evento que se precie, el viernes día siete el acto más social y diáfano -desde el punto de vista humano- se celebró en un lugar a la altura y en consonancia con el colorista y multi-todo mundillo de los diseñadores: Cocorocó. Esta semana es un auténtico carrusel de expresión de dos vertientes que parten de un tronco común pero que buscan vericuetos divergentes, el Diseño Gráfico y el Diseño de Moda, tal y como se refleja en las titulaciones superiores que se están cursando en la Escuela de Arte de Granada y que ponen en paridad universitaria a algo que lo demandaba A VOCES hace ya muchos años. 
Uno, que por cercanía, simpatía y más 'ías' anda más vinculado a los diseñadores gráficos, piensa que en estos la vocación está dada al igual que en cualquier otra disciplina universitaria o académica, por supuesto; pero estos se diferencian del resto en su dinamismo interior, en lo extrovertido de sus planteamientos, en su capacidad de no creer en lo establecido, en su espíritu visionario y -por supuesto- en lucir como ningunos ese “toque golfo” que les pone un marchamo indeleble, como las tipografías que están criando para pasmo del diseño gráfico convencional y asentado, al que pronto pegarán una buena patada -en el buen sentido de la palabra- para poner esta especialidad a la altura del siglo XXI.
La Semana del Diseño anda ya por sí sola; pero en la noche de los quintos de Alhambra y las conversaciones salpicadas cargadas de ilusionante sabiduría evidenciaron que en la Granada Nazarí un terremoto estético y conceptual se está gestando en las entrañas de su propia cultura. ¡Vamos!.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Lindo...

Sombrío y orgulloso
No anda uno chiflado por querer plantarle una oda a un arbolito urbano. Pero este me gustó y lo primero que pensé es que el pobre parece "gallina en corral ajeno". Por mucho que adore Granada, reconozco que los naranjos coquetean más con las señeras capitales del Guadalquivir que con nuestra reina sultana. Pero, con todo, creo que pugnan por añadir a los escenarios urbanos un toque de delicada prestancia, lejos -sí- de los voluminosos castaños de indias o de los remoños magnolios. Hay que reconocerle, pues, una cierta osadía a los naranjitos que luchan los pobres contra los rigores del invierno granadino y lo hacen pintándose de un verde intenso, cuasi negruzco, que en un mes y poco romperá en azahares. Que crezca y se desarrolle aquí no quiere decir que el árbol sea de aquí y para aquí, pero al final lo hemos adoptado como propio porque nos gustan sus arrumacos dulzones precisamente cuando la capital comienza a oler al otro dulzor... el del incienso. La diferencia con la Córdoba del Patio de los Naranjos o la Sevilla que presume de azahares es que el naranjito granadino se afana y se emplea a fondo para enamorarnos con su extraña tristeza... y aquí marida bien con la profunda y hermosa pena de los cipreses.

sábado, 1 de febrero de 2014

"Miau"

Simpático y entrañable...
Es ilógico y no tiene explicación; pero cada vez que he de cruzar por la plaza de la Trinidad no dudo ni un instante en callejear por Fábrica Vieja y detenerme unos segundos ante esta fachada. Lo hago solamente para sonreír. Sí, solo por eso. Es curioso como el azulejo del gatito gris nos inspira una cierta ternura al tiempo que da un cierto matiz muy personal a la callejuela en cuestión.