martes, 24 de junio de 2014

Carta de sensaciones

En cada rincón
Desconozco si Granada, al cabo de la 63ª edición de su Festival Internacional de Música y Danza habrá a terminado de darse cuenta de lo que este evento de resonancia mundial tiene para la ciudad. A veces da la sensación de que la capital lo mira un tanto de soslayo, aunque he llegado a la conclusión de que esto no es más que un detalle, como la aparente indiferencia de quien quiere a alguien o a algo solo por el hecho de la reiteración en el tiempo de un cariño que, al cabo de tantos años, puede parecer aletargado. Pero no. Eso es solo a veces. Creo que está claro que Granada no solo luce palmito con su festival, sino que lo ama en un profundo y reverencial silencio. El granadino lo vive en sus rincones, en sus mágicos escenarios y sabe escoger en la maravillosa carta de un repertorio anual cuajado de novedades y sorpresas. Y si, para colmo de bienes, una auténtica invasión cultural y turística se deja sentir en los cuatro puntos cardinales de la capital, mejor que mejor... ¡Que lo disfruten ustedes!. A ser posible bajo un cielo estrellado y con el rumor de fondo de surtidores mágicos y eternos.

domingo, 8 de junio de 2014

Hoy no me quiero recoger...

Más que un susurro
Los días se hacen tan pesados como eternos y el calor es un mazazo fuera de las calles entoldadas. Pero el anochecer trae regalo doble a la Granada de junio que se está "emperifollando" para sus fiestas: la suave templanza y la conquista de los susurros. A las diez de la noche la calle huele a un semi-fresco juguetón que te da en la cara a ramalazos, mientras que el sonido del agua invita a dar rodeos por las plazuelas en busca de una y otra de esos pequeños reinos de los sentidos que son las terracitas. Del Darro para arriba ni cuento, es el delirio. Más en el corazón de la ciudad conviene ir preparados para volver tarde a casa, porque la noche de comienzos de verano es como una novia antigua detrás de la ventana con reja cubierta de geráneos... hay que cortejarla hasta que los grillos se cansen de madrugada.