lunes, 18 de noviembre de 2013

Sortilegio a media tarde





No se como reaccionarían los demás, pero en mi caso me dí cuenta que llevaba minutos en la misma postura y con la boca abierta. El flamenco es también una sensación penetrante y por mucho que lo desconozcas, que no hayas bebido de él... te deja en suspenso, te emborracha la mente y te arropa como en un sueño dulce. Los busqué en Facebook, por supuesto, al reclamo de la leyenda que figura a pie del improvisado tablao de Las Pasiegas: "Somos un grupo de flamencos que desde la necesidad de trabajar y expresar con nuestro arte, salimos a la calle con toda la ilusión del mundo. Con la intención de llevar con nosotros el tablao clásico famenco por todas las plazas y rincones del mundo". Me pareció un sortilegio de media tarde, un toque de magia en mitad de la jungla de turistas que revolotean en torno a la Catedral, pero me sentí feliz de un pequeño encuentro que me regaló diez minutos de arte, de cultura, de sentimiento, de amor y de exaltación pura y dura. Os los recomiendo, de verdad.

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