miércoles, 5 de marzo de 2014

Esta noche es nuestra

Algo más que un paseo
Esto, sencillamente, no tiene precio. No es ni un paseo, ni una calle, ni una vereda... es, simplemente, el lugar. Y caminar despacio por allí, tomando bocanadas de frío helado mientras que sobrellevas la humedad que, muchos metros atrás, se te metió en las piernas por San Gil y Santa Ana se convierte en un ejercicio de meditación trascendental. Así, un día cualquiera de entre semana puede ser especial si antes de cenar te pegas un bañito de ensueños mirando allá y acá, rebuscando con la vista no sé que extraños suspiros. Algunos gatitos asilvestrados pululan entrando y saliendo del enrejado de San Pedro y San Pablo; grupúsculos de turistas despistados escrutan hasta los empedrados buscando un algo típico que esta noche ha huido colina arriba. Yo me conformo con respirar y respirar, pensando en la suerte de disfrutar de este ratillo de conversación a tres bandas (al perrillo le decimos algo de vez en cuando), mientras vamos dejando atrás grandes trozos de historia, a un lado, y carteles de menús y tapeos que invitan a sentarse en terrazas vacías, a otro. Esta noche es nuestra y cuando desandamos el camino en dirección a Plaza Nueva tenemos la sensación de ser privilegiados...

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