sábado, 1 de febrero de 2014

"Miau"

Simpático y entrañable...
Es ilógico y no tiene explicación; pero cada vez que he de cruzar por la plaza de la Trinidad no dudo ni un instante en callejear por Fábrica Vieja y detenerme unos segundos ante esta fachada. Lo hago solamente para sonreír. Sí, solo por eso. Es curioso como el azulejo del gatito gris nos inspira una cierta ternura al tiempo que da un cierto matiz muy personal a la callejuela en cuestión.

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