jueves, 28 de noviembre de 2013

Flores de latón

¡Precioso!
Evitan que el soporte o báculo esté plantado en mitad de aceras muy estrechas en calles justitas del centro histórico, pero dan la impresión de que los discos florecen entre los viejos muros. Una abrazadera horizonal hubiera sido menos visible y aparatoso... ¿no?. Una opinión personal, claro.

domingo, 24 de noviembre de 2013

El tite Carlos

Anverso

Reverso
No puedo evitarlo. Cada vez que puedo cae el café con media de mantequilla en la cafetería de la Facultad de Derecho (y si hace un día frío más que mejor) y, después, un vistazo conciliador al viejo emperador. 

Me dijeron la primera vez que lo habían vestido de flamenca... y así fue. Después lo vería de cruzado, de payaso, animal, pistolero... Lo de San Raimundo de Peñafort era una broma al lado de la que gastaban los de Medicinal en San Lucas. Y suerte de ti si no te hacían subir a lo alto del pedestal para endiñarte un morreo con el 'tite Carlos'. Así nos iba a los de la borreguera; nos tenían el culete cagado al menos durante el primer mes. 
Conforme pasaban las semanas y, como las tendencias de moda, iba cambiando la indumentaria del insigne protagonista histórico... al mismo tiempo se fraguaban amistades, grupos y corrillos de recuerdo imborrable: mis amigas las hermanas Encarni y Maria Luisa Gálvez, Mari Carmen Martínez o Antonio Martos (todos ellos de Granada); las primas Juanis de Pulpí, Marcos de Jaén; Mari Carmen, de Melilla; Enrique, de Motril... inolvidable, sin más. Ojalá algún día sepa de muchos de ellos.

Pero ahora, cuando una y otra vez paseo en torno a Carlos V se me viene a la cabeza la canción de Ana y Víctor en relación a la madrileña Puerta de Alcalá... "ahí está viendo pasar el tiempo", viendo pasar generaciones y generaciones, sufriendo impertérrito tanta tropelía de quienes, con el paso de los años, ahora se avergüenzan de haber coronado al emperador hasta con preservativos. 
Supongo que hace tiempo alguna autoridad desistió de restaurarlo. Intentos hubo, pero volvían las gamberradas, las mutilaciones, la humillación... Es cierto que la estatua tiene un algo familiar y cercano de lo que carecen muchas otras (salvo el famoso "viejo verde" del primer patio de la Facultad... glup), pero también es cierto que las turbas estudiantiles bien podían haber mostrado cierto recato y reverencia, en vez de hinchar al pobre a tomatazos o huevazos, que de todo hubo. 
Pues eso... nostalgia por un tubo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El dulce encanto de Cacao´s




En lo alternativo está la esencia. Tal vez fue su peculiar decoración lo que nos atrajo por primera vez, además de su céntrica ubicación en la plaza de Gracia... la última vez ocurrió algo que no nos pasaba desde hacía años: terminar cerrando el bar una ya madrugada de lenta y pausada conversación entre personas que poco o mucho se habían contado hasta la fecha. Cierto es que Cacao´s es peculiar en su forma, increíble y excepcional en su tapeo de exquisitos aromas marroquíes pero sobre todo, sobre todo, es el carácter, la amabilidad y la comprensión del joven Nordine quien le dan al establecimiento un sello único y peculiar. En este lugar te sientes anónimo y compañero a la vez; solitario y arropado por una compañía que asiente y te comprende desde el otro lado de la barra. La última noche la conversación se fue por todos los frentes posibles: allá al otro lado del charco, acá con los niños; más allá con los sueños y sentimientos. Y todo ello a media voz y con la conversación pausada de Javier o Sergio, otros de los amigos habituales que han terminado por dar a este enclave un sello personal, cálido y envolvente. Y es que me gusta Cacao´s en invierno, en otoño y en verano; pero sobre todo hoy quiero dedicarle estas líneas a Nordine, por su manera honesta y profesional de trabajar... o, mejor dicho, de hacernos sentir a todos como si estuviésemos en nuestra propia casa. Os recomiendo una parada allí, pero solo si estáis preparados para sentir las cosas a media voz y con un punto de canela.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Sortilegio a media tarde





No se como reaccionarían los demás, pero en mi caso me dí cuenta que llevaba minutos en la misma postura y con la boca abierta. El flamenco es también una sensación penetrante y por mucho que lo desconozcas, que no hayas bebido de él... te deja en suspenso, te emborracha la mente y te arropa como en un sueño dulce. Los busqué en Facebook, por supuesto, al reclamo de la leyenda que figura a pie del improvisado tablao de Las Pasiegas: "Somos un grupo de flamencos que desde la necesidad de trabajar y expresar con nuestro arte, salimos a la calle con toda la ilusión del mundo. Con la intención de llevar con nosotros el tablao clásico famenco por todas las plazas y rincones del mundo". Me pareció un sortilegio de media tarde, un toque de magia en mitad de la jungla de turistas que revolotean en torno a la Catedral, pero me sentí feliz de un pequeño encuentro que me regaló diez minutos de arte, de cultura, de sentimiento, de amor y de exaltación pura y dura. Os los recomiendo, de verdad.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Sesteando

Al fondo, la Gran Vía. 
La noche no me inquieta. Al contrario. Pero a las cuatro de la tarde de una tarde extraña de otoño una cierta sensación de inquieta desolación voletea por estas calles aledañas a la Gran Vía. No hay ni un alma, pero una respiración profunda de aire nublado y fresco granadino me hace recobrar un cierto bienestar interior y el olorcillo a café me invita a un pequeño alto en el camino, antes de rebuscar otros olores más húmedos allá por San Gil y Santa Ana, desde donde me impone mirar hacia el lecho del río. Me gusta ese respirar del otoño de Graná si de verdad es otoño mientras me duermo una siesta sin parar de andar y me permito el lujo de quedarme un ratillo a solas conmigo mismo... bueno, sí. Me crucé con un gato gris...

viernes, 8 de noviembre de 2013

¡Gracias por pararte!

No se trata solo de una firma, de una inscripción... ser solidario no es ningún obstáculo en nuestra cotidianeidad. Foto: campaña en la Fuente de las Batallas
Me sonó rara la frase de agradecimiento. La jóven, de extraordinaria y franca sonrisa, me detuvo con cierta perspicacia en la calle San Juan de Dios; más que acostumbrada ya a la fingida prisa que los viandantes esgrimen a la vista de cualquier persona con carpeta apoyada en el costado y bolígrafo en la mano. Esta vez se trataba de un programa de ayuda infantil. En Recogidas fue Cruz Roja y en la fuente de las Batallas se libraba una pequeña y solidaria 'batalla' a favor de los derechos humanos. No deja de ser hermoso el hecho de que ese voluntariado que -siempre amablemente- te asalta en la calle sea juvenil; no deja de ser lastimoso que siempre agachemos la cabeza y miremos hacia la acera de enfrente. Yo, no hace mucho, me detuve. Dejé que me explicasen y finalmente hice un poco de causa común. Ya me marchaba cuando la joven me dijo "¡gracias por pararte"!... pararte. Si solo nos detuviésemos unos instantes de cada día para reflexionar sobre lo que nos rodea, igual se nos caía a cachos la venda de los ojos; pero ese es otro tema. Hoy me quedo con los voluntarios solidarios... ¡Gracias por estar ahí!.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Oum Kalsoum

La pequeña magia
El reclamo fue el marchamo de "mediterránea" para la mezcla de olores que brotaban del local. El nombre nos resultó extraño pero pronto descubrimos el evocador homenaje interior a la artista egipcia, de increíble, preciosa y añeja estampa... Allá por la calle Jardines de Granada se rinde pleitesía al pequeño encanto de la hospitalidad árabe. Para quienes nos hemos dejado seducir por los inolvidables olores y sabores de Tetuán, Chaouen, etc... nos atrapa de inmediato el ambiente atemporal, suave y dulce de Oum Kalsoum. Mustafa y su familia son los perfectos anfitriones de un espacio único y tan recogido como la brisa que corre por las cumbres del Rift. Es fácil dejar pasar las horas haciendo paréntesis en las conversaciones; es fácil meditar mientras que el sabor de la canela se desliza por la boca pues hasta el paladeo se relaja en un ceremonial de sabores... falafel, medfona, papa yunanní con espinacas... Allí no valen las prisas. La cortesía y la siempre valiosa charla sincera con su propietario se suman a la carta de pequeños descubrimientos con los que siemmpre sorprende un local con chispa y mucha magia.